EL MAL MOMENTO DE ORTEGA


No pega una este River. Las aguas comenzaban a calmarse después de dos de arena, y ya apareció una de cal. El Burrito habló con el cuerpo técnico y les dijo que no se sentía bien anímicamente como para jugar con Lanús, pidió permiso y se fue. ¿Y ahora?

No es raro escuchar hablar de “cuestiones anímicas”. Los yerros y errores de los últimos partidos, el penal errado contra Boca, y las imprecisiones que no son comunes en el ídolo millonario, son una muestra cabal de su desconcentración.

Anoche fue hasta la concentración en el mismo Monumental de Núñez, habló con su amigo Matías Almeyda y después charló con el DT Leonardo Astrada y su ayudante Hernán Díaz. A los tres los conoce de cuando eran compañeros en otras épocas, los tres lo bancan y saben mucho más que nadie de su vida íntima.

Esa vida es la que lo tiene a mal traer. Ayer cuando encaró al Jefe y a la Hormiga les dijo que no estaba bien anímicamente como para jugar contra Lanús mañana, por lo que prefería bajarse de la convocatoria y quería irse a su casa.

El cuerpo técnico no se lo impidió, y el Burrito se fue. ¿Para nunca más volver? Quién sabe. Con este Ortega, que aseguran por lo bajo que tiene intenciones de largar el fútbol, no se sabe.

Lo único cierto, es que mañana no juega ante Lanús y que es probable que su lugar sea ocupado por la juvenil promesa de la banda Mauro Díaz, lo que calmaría las dudas que pasan por lo futbolístico. Aunque las otras, las que pasan por el ánimo del hincha, parecen no tener paz.

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