La semana próxima comenzará a verse en pantalla el anunciado giro argumental de Botineras, la ficción de Underground, Endemol y Telefe protagonizada por Nicolás Cabré y Romina Gaetani (de lunes a jueves a las 23).
Para recuperar la audiencia de la tira (que hoy está en un piso de 11, 12 puntos de rating, y se aspira a que ascienda, al menos, a 15), el equipo de guionistas, ahora bajo la dirección de Guillermo Salmerón (coautor de Vidas robadas, TV por la identidad y el aún no estrenado TV por la inclusión), trabaja desde hace semanas en el relanzamiento de la trama. El objetivo: reforzar la línea romántica y policial, unificar el tono de los personajes y corregir la línea cómica, llevándola hacia un humor menos paródico y más "de situación".
"El desafío es volver al punto de partida: sacar a los personajes del lugar en el que estaban y reconstruir sus historias, sus pasados, presentarlos de nuevo, saber quiénes son, cómo llegaron hasta allí, cómo son sus familias, cuál es su origen", contó Salmerón a Clarín.
Si bien los guionistas achicaron y editaron los capítulos que se estuvieron emitiendo en los últimos días, el golpe de timón será el miércoles: el "Chiqui" Flores (Cabré) se casará con Marga (Isabel Macedo), y ese mismo día caerá preso por los crímenes que se le atribuyen. "Estará tan complicado con la Justicia que perderá todo lo que había conseguido hasta ahora, y deberá comenzar de nuevo", explicó Salmerón. A partir de ahí, su relación con Marga (la "botinera" arquetípica de este relato) se resentirá, y ella, ante la situación de haber perdido sus privilegios, se sumará a las filas de los villanos (el manager, Damián de Santo, y su socio, Gonzalo Valenzuela).
Laura (Gaetani) será la única que siga confiando en "Chiqui", pero su condición de policía infiltrada para investigarlo (identidad un poco desdibujada que los autores quieren fortalecer) impedirá el romance entre ellos.
Con respecto a la línea cómica, sostenida por el personaje de Giselle (Florencia Peña), la idea es atenuarla para que el humor no conspire contra la verosimilitud de la trama: "que surja del propio devenir de las situaciones", contó Salmerón. "La agencia de Giselle quedará desmantelada, y ella también empezará de cero. Desde ese lugar, seguirá haciéndonos reír, porque va a tener que soportar los sopapos de alguien a quien se le cayó la estantería. Deberá volver a los lugares en los que antes era recibida como una reina, pero ahora no es nadie", explicó el autor. Los personajes de Tomás Fonzi y Lola Berthet también alimentarán esta línea cómica. El que se despedirá el martes, en cambio, es Diego Reinhold (Paul): se irá a Europa como asistente de una celebrity internacional (Nicole Neumann). Y se sumará al elenco Ezequiel Castaño, como un primo de "Chiqui" que será el nuevo "blanco" de Tato (De Santo). "Con este personaje el espectador podrá imaginarse cómo fue el pasado de 'Chiqui', todo lo que hizo Tato con él para que llegara a convertirse en lo que se convirtió", adelantó Salmerón.
Para recuperar la audiencia de la tira (que hoy está en un piso de 11, 12 puntos de rating, y se aspira a que ascienda, al menos, a 15), el equipo de guionistas, ahora bajo la dirección de Guillermo Salmerón (coautor de Vidas robadas, TV por la identidad y el aún no estrenado TV por la inclusión), trabaja desde hace semanas en el relanzamiento de la trama. El objetivo: reforzar la línea romántica y policial, unificar el tono de los personajes y corregir la línea cómica, llevándola hacia un humor menos paródico y más "de situación".
"El desafío es volver al punto de partida: sacar a los personajes del lugar en el que estaban y reconstruir sus historias, sus pasados, presentarlos de nuevo, saber quiénes son, cómo llegaron hasta allí, cómo son sus familias, cuál es su origen", contó Salmerón a Clarín.
Si bien los guionistas achicaron y editaron los capítulos que se estuvieron emitiendo en los últimos días, el golpe de timón será el miércoles: el "Chiqui" Flores (Cabré) se casará con Marga (Isabel Macedo), y ese mismo día caerá preso por los crímenes que se le atribuyen. "Estará tan complicado con la Justicia que perderá todo lo que había conseguido hasta ahora, y deberá comenzar de nuevo", explicó Salmerón. A partir de ahí, su relación con Marga (la "botinera" arquetípica de este relato) se resentirá, y ella, ante la situación de haber perdido sus privilegios, se sumará a las filas de los villanos (el manager, Damián de Santo, y su socio, Gonzalo Valenzuela).
Laura (Gaetani) será la única que siga confiando en "Chiqui", pero su condición de policía infiltrada para investigarlo (identidad un poco desdibujada que los autores quieren fortalecer) impedirá el romance entre ellos.
Con respecto a la línea cómica, sostenida por el personaje de Giselle (Florencia Peña), la idea es atenuarla para que el humor no conspire contra la verosimilitud de la trama: "que surja del propio devenir de las situaciones", contó Salmerón. "La agencia de Giselle quedará desmantelada, y ella también empezará de cero. Desde ese lugar, seguirá haciéndonos reír, porque va a tener que soportar los sopapos de alguien a quien se le cayó la estantería. Deberá volver a los lugares en los que antes era recibida como una reina, pero ahora no es nadie", explicó el autor. Los personajes de Tomás Fonzi y Lola Berthet también alimentarán esta línea cómica. El que se despedirá el martes, en cambio, es Diego Reinhold (Paul): se irá a Europa como asistente de una celebrity internacional (Nicole Neumann). Y se sumará al elenco Ezequiel Castaño, como un primo de "Chiqui" que será el nuevo "blanco" de Tato (De Santo). "Con este personaje el espectador podrá imaginarse cómo fue el pasado de 'Chiqui', todo lo que hizo Tato con él para que llegara a convertirse en lo que se convirtió", adelantó Salmerón.
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