La "lucha" de Diego para poder mantener su cábala en Sudáfrica

Faltan cuatro días para que Argentina enfrente a Alemania por los cuartos de final y el cuerpo técnico no está tranquilo. ¿No sabe cómo formar el equipo? ¿Hay jugadores lesionados? No, nada de eso, el problema es externo al fútbol.

Lo que le quita el sueño a Diego Maradona y compañía es otra cosa, es cómo hacer para no romper justo ahora una de sus principales cábalas.

El asunto es que desde que empezó el Mundial, Diego dio todas las conferencias del día anterior en el estadio de Pretoria, y no como ordenaba la FIFA, que pedía que se hagan la cancha donde se jugaba el partido. Pero por ser Maradona, lo dejaban romper con ese ridículo protocolo.

¿Cuál es el problema, entonces? Que el estadio de Pretoria ya no albergará más partidos, y dicen desde la FIFA, lo cerrarán. Y la llave no se la prestan ni a Diego.

Desde la AFA pusieron manos a la obra y enviaron correos electrónicos pidiendo que dejen al DT de la Selección hablar con la prensa allí, pero parece que está difícil. Hasta ahora, las respuestas fueron todas iguales: "No".

“No hay posibilidades de que Maradona hable aquí el viernes, le van a decir otra vez que no”, dijo hoy personal de la FIFA del estadio Loftus Versfeld, que cierra esta noche sus puertas ya que no se jugaran más partidos del Mundial en Pretoria.

Se consultó varias veces y de todas las maneras, pero al parecer las autoridades no va a darle el gusto a Diego. Entonces, de este modo se quedará sin una de las cábalas en las que tanto se sostiene el entrenador argentino.

Ahora, Maradona tendrá que conformarse con brindar la conferencia en Ciudad del Cabo, donde el sábado jugará Argentina jugará ante los teutones, o pedir si puede hacerla en alguno de los dos estadios de Johannesburgo. La única posibilidad que puede cambiar el "no" de la FIFA como respuesta es con un llamado de Joseph Blatter que permita abrir el estadio. Aunque, desde ya, es muy poco probable que suceda. Joseph y Diego no son, precisamente, lo que se dice amigos. ¿Podrá convencerlo Don Julio Grondona?

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