Fue el jueves por la tarde que decidió pasar un fin de semana distinto. Coincidiendo su agenda con la de su hija, Marcelo Tinelli invito a Micaela y a su yerno Joaquín Rozas a tres días de distensión frente al mar de Punta del Este.El recreo del anfitrión argentino. Llegó a Guanahani, su casa uruguaya de La Boyita, el viernes por la mañana.
Luego de una reunión con el casero, recorrer las instalaciones y jugar con sus nueve perros labradores, Marcelo convocó a un almuerzo improvisado junto a su hija Micaela y su novio Joaquín.
Tras la siesta reponedora con sonido de mar, el trío salió a caminar por La Barra, vio muebles y antigüedades e hizo un stop para merendar con la puesta de sol y entre charlas y consultas en su laptop, la encargada de hacer que Marcelo jamás se desconecte de la realidad.
Esta mañana, Tinelli despertó temprano y motivó a la pareja para almorzar en el restaurante de La Huella. "Pidieron asado y ensalada", comentó una de los camareros a PUROSHOW. "Cada vez que vienen se quedan charlando hasta la tarde, se encuentran con amigos y disfrutan del té. Charlan mucho y se ríen", destacó haciendo honor al rol de padre presente.
Marcelo, su hija y su yerno regresarán mañana por una promesa incancelable: ver el partido de la Selección junto a Francisco. Tinelli volvería más temprano especialmente para alentar al equipo de Diego Maradona en su encuentro con México por un lugar en los cuartos de final.
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