La vida de novios de Luisana Lopilato y Michael Bublé

Ayer por la mañana despertó con las primeras luces de uno de los días más fríos del otoño y sin hacer el más mínimo ruido, salió de su casa sin despertar a Michael Bublé.

Luisana Lopilato interrumpió el desayuno del sábado en pareja para cumplir con un compromiso que tuvo que ver con “un cambio de ropa interior”.

Desde la llegada del cantante canadiense a Buenos Aires el pasado jueves, Luisana no ha dejado de trabajar. Incondicional, Michael siguió sus pasos en las intensivas jornadas de grabación de “Alguien que me quiera” (el Trece). Por las noches, la pareja se dedicó a descubrir nuevos restaurantes porteños y hasta compartieron una comida entre amigos en casa de “Topa”, íntimo de Luisana.

Pero el viernes, Lopilato y Bublé decidieron acostarse temprano porque sabían que estarían separados durante toda la mañana de hoy. Desde las 8, Luisana posó para las cámaras fotográficas en un estudio porteño para ser imagen de una marca de ropa interior que ya no es la misma que contaba con ella hasta el momento. Pronto, se verá a la actriz en gigantografías de una nueva firma de ropa íntima.

Terminada la sesión, Lu regresó a su casa en busca de su pareja para salir a comer “al sol” y a pesar del frío. Hoy la pareja almorzó junto a la familia Lopilato en agasajo a Eduardo, suegro de Bublé, y esta tarde partirán rumbo al aeropuerto. Esta noche, luego de la comida de Betty, la dupla se despedirá nuevamente cuando el cantante deba continuar con su gira mundial.

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