Con un pico de 3.8 puntos de rating, Gerardo Rozín realizó este jueves la entrevista más hot de la nueva temporada de "La Pregunta Animal" por la pantalla de América. Mónica Farro fue la estrella invitada y habló de todo, pero especialmente, de sexo. "Me encanta el sexo, soy muy sexual, lo vivo, lo disfruto, y no tengo problemas en hablar del tema", comenzó reconociendo la artista de "Fantástica". | |
"Quizás, uno de mis mayores defectos es ser demasiado sincera y decirme siempre la verdad sobre mí, quizás tendría que callarme un poco más la boca a veces, pero no puedo, yo soy así y hay cosas que no se pueden cambiar", continuó. Y se metió de lleno en el tema que los reunía. "En este momento tengo una micro-tanga, muy chiquita de adelante, multicolor, y de atrás, un hilo, prácticamente invisible. Pero la uso porque me siento contenida, por si viene un viento y me levanta la pollera, para sentir que no tengo todo suelto". "¿Cómo sos en la cama?", quiso saber Rozín. Y Farro no tuvo reparos a la hora de responder. "Ahora podría decirte que cambié un poco, pero la esencia se mantiene. Antes, siempre era de dominar, muy dominante, demasiado. Ahora, empiezo dominando, luego me entrego, y termino dominando nuevamente, eso me encanta, creo que nunca lo voy a cambiar". Luego, la más sorprendente confesión. "Me gustan las mujeres, me encanta la belleza de la mujer, pero sólo como fantasía, no tendría nada con una mujer, prefiero guardarme esa fantasía toda la vida. Podría decir que incluso me calentaros algunas mujeres con las que trabajé, no compañeras de elenco y no en Buenos Aires, pero hace unos años, ésto es cierto que ocurrió". Y siguió. "Durante tres años trabajé para Playboy TV, con grandes directores, eso fue lo que más me gustó. El tema es que después de filmar erotismo con hombres, me miraba y me daba cuenta de que era todo muy fuerte, entonces tomé la decisión de no hacer más eso, que si surgía la posibilidad de trabajar con mujeres, sí, pero filmar con hombres, ya no. De todos modos, a esta altura, creo que ya no volvería a hacer eso, fue una etapa ya está". Pasando a su trabajo en nuestro país, recordó: "tuve dos peleas, una con Claudia Fernández, pero digamos que eso viene de hace unos años y ahora ya está, es otro mambo, ella ya se casó, tiene un hijo. Y la otra fue con Guerrero, que me sigue jodiendo. Dice que tiene 21 años pero yo creo que tiene 32. Si tuviera 21, no necesitaría una reconstrucción vaginal como se hizo ni ningún tipo de reconstrucción. Yo tengo 33 años y lo digo con mucho orgullo, sino, no hubiera vivido las lindas experiencias que hoy puedo recordar y contar y que tanto me ayudaron a crecer". Sobre su familia, lamentó no poder estar con su hijo. "Él es adolescente, y como en el juicio de divorcio con su padre, mi ex-marido, tuvo voz y voto, decidió quedarse con él en Uruguay, él alla tiene su vida, sus estudios, su deporte, juega al fútbol. Hace dos años que no lo veo, salvo en raras excepciones. Y hablar por teléfono no es lo mismo que acostarlo a la noche y desearle que tengas buenas noches o preguntarle si tiene novia. No puedo obligarlo a venirse a vivir conmigo a la Argentina, pero me encantaría. No tenerlo es mi mayor dolor, me falta una pierna, y ese vacío no se llena con nada, ni siquiera si el día de mañana fuera millonaria y una gran estrella mundial, es un vacío que no se llena. Cuando viene a Buenos Aires, muy cada tanto, sale a la calle conmigo. Pero en Uruguay, no. No soporta que un tipo se de vuelta en la calle para mirarme, se pone en actitud y si eso pasa, tiene ganas de pelearle a trompadas. De hecho, ni siquiera puedo ir a sus actos escolares ni nada por el estilo". |
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