Apenas un piano, una excepcional puesta de luces como las que sólo Nacha sabe hacer y pedir y alguna cortina como detalle de la escenografía de Alberto Negrín. Suficientes para que la gran artista y el gran músico que es Alberto Favero fascinen durante dos horas con su talento. Alcanza y sobra.
“Las canciones de la oficina” con letras de Mario Benedetti, “Mi ciudad”, y “Te quiero” (si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos) se destacan como himnos en la carrera de Nacha Guevara y es un placer volver a escucharlos con esa voz y ese estilo tan particular de quien se despide de los escenarios al menos por cuatro años antes de asumir como diputada nacional. Pero no falta una canción con un poema de Neruda, otra de Baldomero Fernández Moreno y hasta un tango escrito por Ernesto Schoo.
En un curioso estreno donde estaba también un Senador electo, Nito Artaza, con su hija, Victor Laplace, Jorge Luz, Claudio Segovia, Gino Bogani, Marcela Tinayre, Teté Coustarot, Sofía Neimann y muchos más amigos y compañeros del musical “Eva”; Nacha invita a recorrer musicalmente sus últimos cuarenta años y con ella todos podemos viajar al pasado reciente con sus alegrías y sus oscuridades. Vale la pena.
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