La actriz Elizabeth Taylor, de 77 años de edad, se somete a una nueva intervención de relativa complejidad. Ahora se enfrenta a una relativamente complicada operación de corazón. La cual le llega tras haber estado hospitalizada durante unos días por unos desvanecimientos que sufrió mientras lloraba la muerte de Michael Jackson.
Elizabeth Taylor, una de las últimas estrellas de la época dorada de Hollywood que aún vive, pasa por un nuevo trance sanitario. Recordemos que hace doce años ya superó una complicadísima operación de cirugía cerebral cuando le extrajeron un tumor.
Fue la propia Elizabeth Taylor, mediante un mensaje en su página personal, la que quiso “quitarle hierro al asunto” y afirmó que se trataba de una “operación rutinaria”, la cual no necesita realizar una operación a corazón abierto. Algo que sin duda habría sido de gran riesgo para su vida por su avanzada edad y su delicado estado actual.
Eso sí, la operación, aunque a priori no es peligrosa, sí que se programó con carácter de urgencia, y tras sólo unos días de detectarse unas complicaciones de un problema que venía sufriendo desde hace años. Concretamente, y según afirma Taylor, “se trata de pinzar unas válvulas cardíacas para que dejen de sufrir una serie de fugas”. Las cuales pueden provocar otras complicaciones derivadas.
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